Exodus: Gods and Kings (2014)

Señor Scott, hasta aquí hemos llegado. Y lo que me da más coraje es que he vuelto a confiar en su cine después de ver su Robin Hood (2010). Ni Russell Crowe pudo ni Christian Bale podrá salvar ya el barco de su filmografía después de estos dos icebergs.

La película es demasiado larga desvelando finalmente lo que no deja de ser propaganda religiosa. Hemos visto ya esta trillada historia, tan poco original, contada tantas veces que ya no sorprende. Sé que Ridley Scott no es el maestro de la originalidad, pero podría haber intentado darle una perspectiva diferente. Ha preferido invertir en reparto que en guión. Tampoco es que le haya salido muy bien, ya que Ramsés bien podría confundirse con un tronista de Telecinco, encajando poco o nada en el personaje. El CGI también deja bastante que desear, quizá el presupuesto se gastó en reparto y traslados, será que no tienen zonas áridas en América y se han tenido que venir a Almería.

Sí, Almería está de moda. El 70% de la película fue grabado en tierras andaluzas, generando 1.400 empleos y el descontento de otros pocos. ¡Cuidado, prensa rosa! Bale rechazó su estrella en el paseo de la fama de la provincia, con la excusa de estar muy metido en el papel. Scott la aceptó, pero desde el set de rodaje ya que iban tarde con el calendario. No se lo vamos a negar, la película está hecha muy de prisa y corriendo y eso se nota. Se nota en el corte de dirección a eso de los cuarenta minutos de película, porque, señores, la película empieza bien: hay un intento de dar justificación lógica a los milagros pero al rato, se olvida de cómo había empezado y vuelve a al típica historia de Moisés, tan rancia y aportando tan poco al cine, que bien podría haberse evitado.

No la recomiendo en absoluto. Odiómetro: 100%.

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